Una cofia para Guadalupe: formación de personal de enfermería al final de la pandemia
Con el dolor de quienes ya no están con nosotros por una extraña enfermedad que no se podía ver, pero que repentinamente paralizó al mundo, aprendimos a valorar al personal de salud en un abrir y cerrar de ojos, el cual se vió rebasado por innumerables casos de esa enfermedad desconocida.
En el momento de iniciar la cuarentena, cursando el segundo semestre de su licenciatura en enfermería, Guadalupe estaba a punto de recibir su cofia, esa prenda que ayuda a mantener el cabello recogido para poder maniobrar en las prácticas y curaciones propias de la profesión. Sin embargo, tuvo que refugiarse con su familia ante ese enemigo silencioso que se sumaba a otros enemigos propios de la región y que dificultaron aún más la continuidad de sus estudios.
La pobreza, la marginación y la insuficiencia de infraestructura en telecomunicaciones son sólo algunos de los problemas que siempre han acompañado a Guadalupe en el camino cotidiano de la Sierra Nororiental de Nuestro Estado.
Con un gran esfuerzo personal y familiar, Guadalupe tenía que gastar grandes cantidades para comprar saldo para su celular y evitar perderse cualquier momento de su formación en enfermería que de repente, se le impartía por internet, en una región donde en muchos lugares ni siquiera hay señal de telefonía celular y en muchas ocasiones su intensidad depende de las condiciones climatológicas.
Con una emotiva ceremonia, el día de hoy 17 de febrero de 2022 se realizó la ceremonia de imposición de cofia y fistoles a los estudiantes de la Licenciatura en Enfermería de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla (UIEP), uno de los pocos programas de enfermería en la Sierra Nororiental del Estado de Puebla, una región en donde el personal de la salud representa una necesidad básica y actualmente se tiene en número insuficiente para atender la gran diversidad de pueblos y culturas en la región.
Con una cálida bienvenida en totonaco, español y náhuatl, su lengua materna, el Mtro. Guillermo Garrido Cruz, Rector de la UIEP, les dio un merecido reconocimiento al personal docente y alumnado al mismo tiempo que exaltó el papel de las madres y padres de familia de cada estudiante, muchos ahí presentes, por ese gran esfuerzo de apoyar a la formación del personal de la salud en uno de los momentos más difíciles para el propio personal de salud ante la pandemia. "Con este símbolo de la cofia para las mujeres o el fistol para los varones, ustedes continúan con sus prácticas profesionales y ahora en sexto semestre reconocemos que la gran mayoría de esta generación está presente, pese a las dificultades que tuvieron para seguir estudiando. Esta cofia representa hoy para ustedes crecimiento y madurez, esa adquisición de conocimientos para el ejercicio de esta noble profesión". Mencionó Garrido Cruz.
Por su parte, la Dra. Minerva Hernández Aguilar, Secretaria Académica de la UIEP, describió a detalle, los valores fundamentales del personal de enfermería con una adición que sólo este programa posee en el Estado: la formación de personal intercultural que en su gran mayoría es bilingüe y en algunos casos hasta trilingüe y que "los convierten en esos líderes que logran comprender e interpretar el dolor del paciente en su propia lengua, un honor de distinción y responsabilidad del personal dedicado al cuidado de las personas de la región".
Entre las participaciones, destacó el rito de bendición tradicional a cargo del ritualista Juan Gerómo López, quien realizó su participación completamente en idioma totonaco. "Tlen liputum wixin kintalán" (Buenas tardes a todos ustedes mis hermanos y hermanas) palabras con las que inició la bendición para aquellos que son hijos e hijas de esta región y fueron bendecidos en su propia lengua.
También estuvo presente, entre otras autoridades, la Lic. Sandra Jaqueline García Cano, jefa de enfermeras del Hospital de Huehuetla y la Mtra. Verónica Ramos Viveros, coordinadora del módulo de medicina tradicional del hospital de Huehuetla.
Con el dolor de recordar en la ceremonia al personal de salud que no logró salir de la epidemia, pero con la esperanza en los ojos de cada estudiante de enfermería que hoy recibió su cofia o su fistol estaba Guadalupe, y a dos años de ese gran esfuerzo familiar, económico y social, por primera vez en su vida se le fue colocada su cofia, un símbolo de ocho valores fundamentales de la profesión, más la férrea convicción de servir al pueblo desde la lengua en la que fue criada y en la que más se duelen las personas de esta región pero en la que menos son escuchadas.
Xalaq Lipuntahuaca, Huehuetla, lu paxtakasinilh Guadalupe.
Desde Lipuntahuaca, Huehuetla, muchas gracias Guadalupe.
Iván G. Deance Bravo y Troncoso.
www.deance.org.mx
Fotografía de Hugo Andrade
Comentarios
Publicar un comentario
Cuéntame algo, aunque sea verdad